Guilllem Frontera

Sicilia sin muertos

Sicília sense morts

INFORMACIÓN

El joven presidente de una Comunidad Autónoma muy similar a las Islas Baleares recibe una rata muerta dentro de un cofrecillo de plomo. Este animal tiene la perversa capacidad de perturbar el curso de las cosas, de destapar corrupciones políticas, empresariales, de descubrirnos un tiempo repleto de abusos a costa de las arcas públicas en el que todo vale. El escenario es Mallorca, son las Islas Baleares, pero también podría ser el mundo, donde la naturaleza humana prospera según las reglas elementales de la especie y donde crece especialmente la codicia -que en su versión evolucionada se llama corrupción. En todo este ambiente, el hedonista y cínico Mateu Llodrà, un sesentón enamorado de la música, teje su venganza para satisfacer su particular sentido de la justica. Alguien había definido Mallorca como Sicilia sin muertos, pero ¿hasta cuándo?