Lo que más me interesa del teatro -ahora y desde que empecé- es el encuentro, la reunión: la coexistencia de un grupo organizado por personas desconocidas en un espacio y un tiempo determinados. Es una reunión sin objetivos a largo plazo, sin futura convocatoria: el orden del día no va más allá del oscuro y los aplausos. Sin embargo, nadie sabe cuál de estas reuniones desencadenará la próxima revolución. Cada noche en el teatro -a mí me gusta pensar así- configura un movimiento político efímero.

Escribo comedias porque no soy optimista. Creo en el sentido del humor como única alternativa viable al optimismo. Mis obras son siempre autobiográficas, pero yo nunca me doy cuenta hasta meses después de haberlas escrito.

Es el dramaturgo habitual de la Compañía La Calòrica, y el creador y guionista de la serie Mai neva a Ciutat.