De Baleares siempre han salido grandísimos artistas, como es sabido. Pero no es exagerado afirmar que nos encontramos ante una generación extraordinaria. Desde el jazz hasta la canción de autor, pasando por todos los sonidos que puedan caber en este pequeño rincón del Mediterráneo, Branca Santa es otra clara ilustración de esta estratosférica inquietud que, poco a poco, va consolidándose en la realidad de las Islas.

Sin embargo, Branca Santa, más que una banda, es un matriz o un mapa desde donde se puede explicar gran parte de la explosión artística que está viviendo Mallorca y que salpica de lleno a Barcelona. Músicos de diferentes procedencias, todos ellos irrepetibles, por fin juntos vibrando el mismo unísono. Al final, un puñado de amigos añorados encontrándose en el estudio de grabación para celebrar el amor que los une improvisando música como si no hubiera mañana. Es decir, haciendo lo que más les gusta, en total libertad y a la vez dejando una foto de familia histórica para el recuerdo.

Con la experiencia audiovisual siempre en primer plano, estas improvisaciones se han convertido finalmente en canciones enormes llenas de matices y texturas que transpiran sensibilidad y brutalidad a partes iguales. Música negra, blanca... sabores de aquí, de allá... Trece músicos y un artista visual dejándose ir, generosos, unidos por el respeto mútuo, abrazados en el calor de la tribu y haciendo piña ante este mundo enfermo cada día más individualizador.

¡Finalmente desembarcan las trompas de asalto!